La historia de Venezuela se
especializa justificadamente en la evocación de la independencia del país con
el destacado desempeño de Simón Bolívar, pero muy poco, en torno a hechos que
no deben ser ignorados, como el caso de la operación Neuland (“tierra nueva” en
alemán), también intrascendente en el contexto universal de la historia sobre
la II Guerra Mundial.
Venezuela permanece neutral en
medio de este conflicto europeo. Sin embargo, para los alemanes tal posición no
les convence porque Venezuela es para ese momento el principal proveedor
petrolero de los Aliados. La mayoría del petróleo que se extrae de los campos
petroleros de Venezuela se envían a Aruba, Curazao y Trinidad para ser
refinados y utilizados por las fuerzas aliadas en los frentes de guerra en
Europa y África del Norte.
Para el momento de efectuarse la
II Guerra Mundial las fuerzas armadas venezolanas no están suficientemente
equipadas para patrullar las aguas territoriales, ni para enfrentar una
agresión externa con armamento sofisticado, y mucho menos, para unirse
activamente en el enfrentamiento de los aliados contra los alemanes.
Como respuesta a tal situación, el
15/01/1942, el comandante de la fuerza submarina alemana, Almirante Karl Dönitz,
da instrucciones para interceptar un séquito petrolero en el Golfo de Venezuela,
conformado por 6 buques tanqueros ligeros que forman parte de la llamada “flota
mosquito” con destino a las refinerías de Aruba y Curazao. Esta operación queda
bautizada bajo el título de “Neuland” y se convierte en el mayor despliegue de
submarinos alemanes en el océano Atlántico contra barcos mercantes sin
dispositivos de armamentos de guerra, tripulados por marinos civiles, ajenos
totalmente al conflicto bélico.
Es así, como el
submarino alemán U-502, al mando del teniente de navío Jürgen Von Rosenstiel, penetra
sin ser observado, silenciosamente y en medio de la oscuridad nocturna, a las
aguas del Golfo de Venezuela, y en la barra de Maracaibo, ataca a los indefensos
tanqueros. La operación dura 3 horas, y 7,436 toneladas de registro bruto
conformadas por los 3 tanqueros postillones, el “Tía Juana”, “Monagas” y el “San Nicolás”, que
presiden la flotilla petrolera explotan y son hundidos al ser impactados por
los torpedos, al tanto, que los 3 restantes tanqueros de la retaguardia de la flota
mosquitero, el “Sucre”, el “Yamanota” y “Rosalía” lograran llegar felizmente a
su destino con la aflicción de percatarse que durante esa misma noche otros dos
submarinos alemanes, el U- 156 y el U-67, cañonearon las refinerías de Aruba y
Curazao hundiendo varios buques anclados en aguas cercanas a esas islas.
El Tía Juana, de
bandera británica, registra 17 tripulantes fallecidos y 8 sobrevivientes de los
25 miembros totales de su tripulación. El Monagas, de bandera venezolana, compuesto
por 31 hombres, de los cuales 19 son marinos venezolanos, 3 ingleses, 3 chinos,
3 noruegos y 3 de nacionalidad griega. Algunos de estos tripulantes sobreviven
al ser rescatados. El Monagas arde durante tres días para quedar varados en las
playas de la Guajira. Por su parte, el tanquero San Nicolás, propiedad de la
Lago Oil & Transport Co. Ltd., con 26 miembros de su tripulación, 7
fallecen y 19 son rescatados del mar.
Todos estos héroes
de la patria llevan por siempre los mismos honores de los soldados desconocidos
u exaltados en el Campo de Carabobo.
Gracias al
oficial de la Armada venezolana, Luis Farage Dangel, ha sido posible recopilar
los datos para este artículo, al consultar su monografía “Operación Neuland,
los ataques de submarinos alemanes en aguas venezolanas durante la Segunda
Guerra Mundial”.
Juan Pablo
Sarratud P., Ciudad Alianza, 27 y 28/08/2021.-