DÍA MIÉRCOLES 20/07/2016:
Giovanni, Graciela,
Pino, Daniel y mi persona salimos en el bora de Graciela a las 8:30 a.m. desde
la casa de Ciudad Alianza. Llevábamos cada uno de los viajeros un equipaje de
más o menos 25 Kg (promedio) con ropa y pertenencias personales para 2 meses,
más 2 maletines de mano con documentos personales, algo de dinero en bolívares,
dólares, soles y pesos. Pasamos por Caracas a las 10:40 para llegar a Maiquetía
a las 11:00 a.m. Nos dirigimos directamente a la cola de registro de la línea
Avianca (Colombia) donde ocupamos el séptimo puesto y esperamos hasta las 12:30
p.m. cuando abrieron el proceso de registro y entrega de boarding pass a cada
uno de los pasajeros.
Pasamos por Caracas a las 10:40 para llegar a Maiquetía
a las 11:00 a.m.
Rápidamente se
cubrieron todos los requisitos de rigor, incluso el servicio de auxilio para
mayores de edad que se me asignó. Nos recomendaron pasar la aduana a las 3:30
p.m., en virtud de lo cual, Giovanni y Graciela nos invitaron a subir al piso
superior para almorzar y hacer pasar tiempo. En el trayecto nos encontramos con
los padres del compañero de clases de Daniel en el Patrocinio de María, Juan
José García, quienes partirían hacia Panamá. Al finalizar el agradable ágape
tuvimos la grata sorpresa de la presencia de José Alejandro, quien
espontáneamente bajó a Maiquetía para despedir a Daniel. A las 3:15 nos
despedimos frente a las puertas aduanales y entramos sin ningún inconveniente,
para seguir esperando al llamado de abordar la nave. La salida hacia el
aeropuerto Jorge Chávez de Lima que estaba pautada para las 5:30 p.m. se hizo
efectiva a las 5:55 p.m. Los rayos solares penetraban por las ventanas de la
hilera de asientos a la derecha del avión e impedían la visibilidad. En cambio,
por la hilera de asientos a la izquierda del avión, que nos había tocado a los
tres, estaban a la sombra y permitían una excelente visibilidad del paisaje.
Daniel iba sentado junto a la ventana; yo al centro, y Pino hacia el pasillo.
Dany iba muy emocionado, detallándonos minuciosamente lo que veía y tomando
fotos con su celular. La claridad dentro del avión es notoriamente mayor que en
las salas de espera del aeropuerto, dando la impresión de que era más temprano
que cuando salimos. Durante el trayecto nos obsequiaron una galleta, ensalada
de frutas picadas (semejantes a las latas “del monte”) y jugo para Pino y
Daniel, whisky para mí. En vista de que la ruta era perpendicular de norte a
suroeste, casi todo el trayecto se hizo con luz solar y oscureció al
aproximarnos a Lima (8:15 p.m. hora de Venezuela; 7:15 hora de Lima). Tuvimos
media hora de retraso y recuperamos 1 hora por el cambio de horario. Como Lima
es muy plana, las luces nocturnas de la ciudad dan la impresión desde la altura
del avión que ocupa más territorio que el de Caracas.
Ya dentro del
aeropuerto el asistente nos condujo directamente por los largos pasillos a la
taquilla de Avianca, sin el equipaje pesado, para chequear el próximo vuelo
hacia Sao Paulo. Todo se hizo de manera automática sin dudas ni contratiempo
alguno. Nos tocó una nueva espera de unos 45 minutos, sintiéndonos como si aún
estuviéramos en Maiquetía. Gracias al pequeño refrigerio del avión no tuvimos necesidad
de consumir algo más en este aeropuerto. En Caracas tuve que dar propina al
asistente de tercera edad. En Lima no fue requerido. La salida a Sao Paulo fue
puntual, a las 7,55 p.m. (hora de Lima). El reloj de Daniel aún marcaba las
8:55 p.m.
En este trayecto nos
tocó viajar en un avión airbusy embraer de Avianca. Primera vez que me montaba
en una aeronave de 8 filas con dos pasillos, donde nos correspondió en los
asientos centrales (sin ventana), Pino a la derecha, Daniel y yo en el centro
con mi asiento de la izquierda del pasillo contrario, desocupado. A Pino y
Daniel los atendieron las aeromozas del pasillo de la derecha, mientras que a
mí me atendían por el pasillo de la izquierda. En una pequeña bandeja nos
obsequiaron carne guisada acompañada de arroz amarillo, ensalada fresca, Daniel
y Pino tomaron jugo, mientras yo me echaba mi segundo trago de whisky a las
rocas, esperando que luego me diera sueño, pero no dormí por darme el gusto de
oír buena música. Y efectivamente, la música, película o videos juegos nos
acompañó en medio de un silencio agradable y de tranquilidad relajante, en
medio de un ambiente iluminado tenue e indirectamente. La mayoría de pasajeros
dormía porque gracias a los audífonos individuales, el uso de los dispositivos
de entretenimiento no molesta a nadie.
DÍA JUEVES
21/07/2016:
A plena media noche
nos encontrábamos viajando entre Lima y Sao Paulo, traspasando la frontera
entre Perú y Brasil, pasando de miércoles a jueves, cruzando también la línea
del ecuador para pasar desde el hemisferio norte al hemisferio sur. Al volar
sobre territorio brasileño teníamos el privilegio de estar en el quinto país
más grande del planeta (8,51 millones de Km²), ligeramente más pequeño que el continente más
pequeño (Oceanía, con 8,53millones de Km²), con una población de 204 millones
de habitantes, en momentos en que Brasil tiene el honor de ser sede del evento
deportivo de mayor importancia mundial, como lo son las olimpiadas modernas
(número XXXI).
En Sao Paulo el
tiempo se nos pasó muy rápidamente por el trasnocho que soportábamos y por el
proceso de cumplir los requisitos de ingreso al país. Al aparecer los primeros
rayos del sol partimos rumbo al Salvador. La ciudad que nos esperaba fue la
primera capital de Brasil (1549-1763), actualmente es la tercera ciudad con
mayor población del Brasil (2.998.056).
A pesar del trasnocho por el largo viaje nos esperaba
el encuentro con la familia
A pesar del
trasnocho por el largo viaje, el encuentro con la familia que nos esperaba en
el aeropuerto D.L. Magalhaos disipó el sueño y el cansancio que traíamos. Desde
la sala de captura de equipaje veíamos a través de las paredes de vidrio al
Junior, Marisela, Michael y Marilurdes, y luego estábamos confundidos en
abrazos y besos. María Victoria y Juan Francisco estaban en ese momento en su
colegio Sartre. Saliendo del aeropuerto se pasa por un largo, impactante y
agradable túnel natural de bambúes sombríos y frescos. La primera impresión
pasando por avenidas, distribuidores, calles y centros comerciales es el
parecido a Valencia, con la diferencia de presenciar una ciudad con mucho
movimiento y vida y recordar la otra ciudad tipo “fantasma”. El carro del
Junior es un Hyundai gris, de 4 puertas, placa P JT 6709, matriculado en Lauro
do Freitas; Marisela tiene un carro Ford Fiesta indiana, también gris y de 4
puertas, placa P JP 1790, matriculado en Lauro do Freitas. Nos dirigimos
directo a la casa ubicada en la Rua da Priscilla Dutra 938, Condominio Villa
Verde, Casa Nº 14. Muy contentos Junior y Marisela nos mostraron la casa de dos
plantas, con recibo-comedor, una habitación en planta baja y tres en planta
alta, 4 baños, cocina, cuarto de servicio y batea, en la planta baja. Luego nos
reunimos en el porche para brindar el arribo y echar los cuentos del viaje y
esperar la hora de buscar a los niños en el colegio Sartre a las 12 m.
(foto Nº 3Img.Sartre)
Fuimos todos en los
dos carros, y con mucha emoción y alegría se nos abalanzaron a abrazarnos al
vernos en los pasillos. Luego vino el almuerzo en familia, tras el cual, el
junior se despidió para cumplir su compromiso laboral.
En la tarde me a
dediqué recorrer los alrededores de la casa. En el costado derecho de la casa ([1])
se encuentra el área recreacional del condominio, constituido por una piscina,
parquecito infantil y caney dotado de barra, parrillera con chimenea,
lavaplatos, 2 bañitos, dos mesas, sillas y 2 juegos de futbolito de mesa, todo
ello, rodeado por un atractivo jardín. El mantenimiento de todo este conjunto
de estructuras comunales es excelente, permitiendo a la vista de sus usuarios
un aspecto limpio y agradable. Los baianos identifican a las parrilleras con el
término “churrasquería”, pero en este condómino es conocido como “el club”.
En la tarde me a dediqué a recorrer los alrededores y
el interior de la casa
Recorrido general de la casa y sus alredededores
El resto de la tarde
fue destinado para abrir maletas y acomodar ropa, sacar las pocas encomiendas
que traíamos, pocas, por la situación de desabastecimiento reinante en
Venezuela, y porque a Mariú le robaron todos los recuerditos de la primera
comunión de María V., que íbamos a traer al Brasil, cuando se los sustrajeron
de la maleta de su carro. Por el cansancio de todos nos acostamos temprano.
Pino, Daniel y mi persona fuimos ubicados en la habitación de la planta baja,
con baño al lado, ventana hacia el sur, colindante a la piscina. Mike y
Marilurdes quedaron ubicados en la habitación de Juan Francisco, y las “criança”
(niños) se instalaron en la habitación de María V., en la planta alta.
DÍA VIERNES
22/07/2016:
Hoy caminé desde la
casa a la playa por primera vez, tratando de despejar la curiosidad de qué
tanto quedaba la playa cerca o lejos de la casa del Junior, Marisela y los
niños. Junior siempre nos había comentado que la playa les quedaba muy cerca de
la casa, Marisela, por su parte, nos había comentado que vivían en Lauro de
Freitas, como si vivieran en Tucacas en un sitio cercano a la playa. En esta
caminata pude constatar que ciertamente Junior y familia viven cerca de la
playa. Me tardé unos 25 minutos en el recorrido. Posteriormente, en otras de las
tantas caminatas que realicé entre la casa y la playa, logré descubrir una
nueva ruta donde el tiempo se reduce a tan solo 15 minutos.
Caminé desde la casa a la playa por primera vez
El resto del día lo
pasé poniendo en orden las anotaciones y empezando a hacer croquis de las rutas
caminadas.
Croquis tipo de las rutas caminadas
La tranquilidad de
la casa y del condominio, el fresco en la época de invierno y el ambiente
agreste permiten sentarse en el porche y hacer este tipo de tareas como hobby.
La única nota contrastante que siempre persiste en el pensamiento y que es
imposible de apartar, aunque uno lo intente, es sentir la profunda diferencia
entre el ambiente de dónde venimos y donde estamos. Los vigilantes brindan una
atención de verdaderos caballeros, sonrientes, amistosos. El señor encargado de
la basura en el condominio pasa en la mañana y en la tarde recogiendo las
bolsas de desecho en los frentes de las casas para colocarlas en el frente de
condominio para que el servicio de aseo público lo recoja. No he logrado ver
los camiones en este proceso de recolección de basura, por lo que me imagino
que lo hacen de noche, porque en todas las calles no se consiguen desperdicios
por recolectar, ni papeles o basura en el piso. Muy temprano, entre 6 y 6:30 de
la mañana, llegan en fila variado personal, como ayas, servicios de limpieza, y
jardineros a prestar su servicio personal en distintas casas que les haya
contratado a tal fin.
Muy temprano de la mañana llega en fila el personal de servicio por especialidades
Fuera del
condominio, una de las características que resaltan a la vista tiene que ver
con las aceras de caico o tablillas de 2 cm x 2cm, blancas y negras, instaladas
en forma artística. La gente que se cruza con uno por la calle, sin distingo de
clase social, van semisonrientes, demuestran gentileza buenos modales. No he
visto carros destartalados en ningún momento. Los autobuses y busetas todas se
ven nuevas. Tanto taxis como trasportes escolares se distinguen por su pintura
uniforme, los taxis de blanco y con una raya horizontal azul, y los escolares,
blancos también, con franjas amarillas. Es frecuente en Lauro de Freitas, no sé
en Salvador ni en el resto del Brasil, que a los peatones que buscan cruzar la
calle, le dan paso, indicando con la mano que pase de un lado a otro, y lo más
llamativo, es el detalle que siempre se detienen para dar paso al peatón con
una separación de uno o dos metros, sin que nunca estén cercanos a la o a las
personas a quienes gentilmente les están dando la prioridad de caminar. Es para
uno sentirse en un mundo fantasioso.
En la tarde
descansamos algo hasta cuando regresó el junior dispuesto a preparar una
suculenta parrillada de bem-vinda (bienvenida). La reunión se hizo
aproximadamente a las 8:00 p.m. Contamos con la presencia de Arleni y sus
pequeños primos y Gabriel; José Luis, María y Sara, como invitados, y nuestro
grupo de la casa integrado por Junior, Marisela, María V., Juan Francisco,
Michael, Marilurdes, Pino, Dany y mi persona. A pesar del cansancio que
traíamos por el viaje, esta reunión fue muy agradable. María es considerada por
Marisela y Junior como su ángel, porque ella habla perfectamente el español y
fue el principal y efectivo apoyo de ellos en sus primeros días al llegar al
Brasil (11/09/2015). Son brasileños y tenemos todos mucho que agradecerles por
la providencial hospitalidad brindada al Junior y Marisela. José Luis trabaja
en la sucursal del Salvador de la fábrica de café do Ponto y siempre les
obsequia el café que consumen en casa. Es un café distinto al que consumimos en
Venezuela, de excelente sabor y calidad, mezclado con polvo de almendras,
fabricado en Sao Paulo. Todos nos integramos cordialmente con los visitantes y
degustamos una carne blanda, salchichas, queso a la brasa con melaza de caña y
otras delicateses artesanales elaboradas por María. Fue una excelente velada de
bem-vinda al Brasil.
DÍA SÁBADO 23/07/16:
A las 9:50
a.m.Junior, Marisela, María V., Juan Fco., Michael, María Lourdes, Pino, Daniel
y mi persona salimos de casa ubicados en dos carros.
Nos dirigimos al cajero del banco brasileño Itaú y a la
zona colonial del Salvador, “Pelourinho”
Nos dirigimos al cajero
del banco brasileño Itaúdonde Junior y Marisela manejan sus churupos. Nos
quedamos dentro de los carros, desde donde, se podía observar que estábamos
estacionados frente al centro comercial MM 50. Seguidamente nos dirigimos a la
zona colonial del Salvador (1549), conocida como “Pelourinho”, situada en el
casco histórico de la ciudad, dotada de calles empedradas, construcciones
arquitectónicas genuinamente coloniales con el estilo barroco de Portugal. Su
ubicación está íntimamente ligada a la conveniencia estratégica de la ciudad en
un alto de 90 metros y una extensión a lo largo de la costa de unos 15 Km.
convirtiéndose en una muralla de piedras y arcadas para defensa de la ciudad
contra ataques piratas. El origen del nombre proviene del vocablo picota (en
portugués: Pelourinho). Nosotros le llegamos al Pelourinho por la parte baja.
El modernismo arquitectónico le ha permitido el honor a la ciudad de tener un
inmenso ascensor denominado popularmente “elevador Lacerda” para subir y bajar
cómodamente desde la parte baja, tan bien organizado, que el gran caudal de
transeúntes que lo utilizan no provoca largos retardos. Recorrimos las calles
empedradas en medio de construcciones antiguas, muchas reconstruidas y bien
conservadas, otras deshabitadas sin mantenimiento, con muchos vendedores
ambulantes de ambos sexos.
La mujer típica “baiana” viste una colorida y abultada
falda que nos hace recordar el baile “la burriquita”
La mujer típica
“baiana” viste una colorida y abultada falda que nos hace recordar el baile
típico venezolano de la “burriquita”. Prácticamente todos los zaguanes o salas
de recibo de las edificaciones están destinadas al comercio turístico, con
artículos de prendas de vestir, joyas, artesanía, gastronomía, etc. Es
frecuente encontrar bandas de música típica en la calles, al son de tambores y
sin faltar el baile, con influencia mezclada de los colonizadores portugueses y
de los esclavos traídos a la fuerza de África. Dedicamos mucho tiempo a un
recorrido minucioso al mercado modelo.
También visitamos el convento y la iglesia de San Francisco. El convento expuesto al público se reduce al claustro central propio de todos los monasterios, consistente en un amplio patio central, cuadrilátero, circundado por todos sus costados con pasillos techados y separados del patio por columnas y arcos al estilo barroco. A todo lo largo de las paredes se hayan adosados grandes cuadros artísticos de pasajes bíblicos en azulejos de cerámica, con leyendas en latín y portugués, para la reflexión de quien se pasee frente a ellos. Contiguo a este gran patio se pasa a la sacristía de la iglesia, con su mobiliario adecuado a sus funciones específicas para resguardar ornamentos y utensilios usados en las ceremonias litúrgicas, dotado de cuadros artísticos y obras iconográficas. Inmediatamente que se ingresa al recinto de la iglesia conventual un sentimiento de respeto y pequeñez invade al visitante ante la majestuosidad de altares, techos y columnas cubiertos todos por chapas y pinturas de oro legítimo.
Nave central
Fosas mortuorias
También visitamos el convento y la iglesia de San Francisco
También visitamos el convento y la iglesia de San Francisco. El convento expuesto al público se reduce al claustro central propio de todos los monasterios, consistente en un amplio patio central, cuadrilátero, circundado por todos sus costados con pasillos techados y separados del patio por columnas y arcos al estilo barroco. A todo lo largo de las paredes se hayan adosados grandes cuadros artísticos de pasajes bíblicos en azulejos de cerámica, con leyendas en latín y portugués, para la reflexión de quien se pasee frente a ellos. Contiguo a este gran patio se pasa a la sacristía de la iglesia, con su mobiliario adecuado a sus funciones específicas para resguardar ornamentos y utensilios usados en las ceremonias litúrgicas, dotado de cuadros artísticos y obras iconográficas. Inmediatamente que se ingresa al recinto de la iglesia conventual un sentimiento de respeto y pequeñez invade al visitante ante la majestuosidad de altares, techos y columnas cubiertos todos por chapas y pinturas de oro legítimo.
Posteriormente
continuamos el camino por las alegres calles del Pelourinho hasta llegar
agradable restaurant Mama Bahía en la rua das portas do Carmo frente a la
antigua facultad de medicina de la universidad del Salvador, engalanada con dos
vistosas esculturas de los rostro de Galeno e Hipócrates.
Posteriormente continuamos el camino hasta llegar agradable
restaurant Mama Bahía
DÍA DOMINGO 24/07/2016:
Salimos temprano
(7:30 a.m.) en los 2 carros porque íbamos completos todos (Junior y familia,
Mike y María Lourdes, Pino, Daniel y yo, Juan Pablo) hacia el norte, por la
Estrada do Coco (BA-092), una de las arterias principales del estado de Bahía
que se dirige hacia los estados de Sergipe y Pernambuco, con la intención de ir
a la praia Forte (45 Km. aproximados desde la casa de Villa Verde), centro
importante de turismo playero, dentro de la conocida “costa de cocoteros”. Es
preciso llegar temprano porque este conjunto turístico tiene mucha afluencia de
turistas, a tal punto, que al llenarse de vehículos estacionados, se impide la
entrada a otros vehículos, los cuales, deben quedar afuera, a gran distancia.
Desde la óptica
turística encontré cierta semejanza entre la Colonia Tovar y la praia Forte,
guardando la distancia, de que la Colonia Tovar es turismo de montaña, y la
praia Forte, por su parte, es turismo de playa. Ambas localidades son
satelitales de grandes centros urbanos, relativamente pequeñas para el cúmulo
de visitantes los fines de semana, la arquitectura urbana respeta la
uniformidad de todas las viviendas al estilo germánico, donde la Colonia Tovar
se destaca por viviendas de maderaal estilo germánico de Selva Negra del Gran Ducado de Baden, con colores
blanco y negro, con techo rojo, al tanto, que el complejo turístico de praia
Forte se caracteriza por viviendas semejantes entre sí, playeras, igual que las
caribeñas, con amplios solares de cocoteros y otras especies vegetales marinas
que ensombrecen las calles y las mismas casas.
Nos desayunamos en
un centro comercial a la entrada del complejo turístico (av. do Farol), donde
quedaron estacionados los vehículos para irnos caminando por las alegres calles
repletas de casas familiares con típicos comercios. Todas las calles tienen la característica
de boulevard adecuado para pasear tranquilamente, tanto de día como de noche.
Junior me informó que en las posadas de esta comarca se puede pernoctar con
suma seguridad y disfrutar del agradable ambiente nocturno en el poblado, con
música en vivo, fuentes de soda, cervecerías, tascas, etc. Tienen transporte en
triciclos para los transeúntes.
Finalmente se llega
a una agradable plaza, en cuyo extremo se destacan la iglesia de San Francisco
y la entrada al projetoTamá. En ese preciso momento se estaba dando inicio a la
celebración de la misa dominical con la capilla repleta de feligreses. En una
cartelera horizontal, tipo maqueta se señalan los puntos más destacados del
complejo turístico: ProjetoTamar, Instituto BaleiaJubarte, Parque Histórico-Cultural
Castelo García D´avila, Reserva da Sapiranga e Projeto Floresta Sustentável,
Parque Klaus Peter, Igreja de San Francisco de Asís.
Agradable plaza, en cuyo
extremo se destacan la iglesia de San Francisco y la entrada al projetoTamá
Entramos al parque
zoológico especializado en fauna marina, conocido bajo la denominación de projeto
Tamar-ICMBio, conocido simplemente como projetoTamar. El proyecto tuvo su
origen remoto a finales de la década de los 70, cuando un selecto grupo de
estudiantes en sus últimos años en la escuela de Oceanografía de la Universidad
Federal de Rio Grande realizó una expedición a la zona costera norte del Brasil,
incluyendo islas oceánicas, llegando a descubrir que los pescadores
prácticamente estaban destruyendo la fauna marina en sus labores habituales de
pesca indiscriminada para garantizar su subsistencia. La presión provocada por
este grupo pionero de proteccionismo llevó al Instituto Brasileño de Desarrollo
Forestal (IBDF), que más tarde se convirtió en el Instituto Brasileño del Medio
Ambiente (IBAMA) a constituir y poner en funcionamiento en 1980 este proyecto
conservacionista que hoy por hoy custodia y protege 1.100 kilómetros de playas
brasileñas, con 8 estaciones aptas para ser visitadas por el público en
general, entre las cuales, se encuentra la que estábamos visitando, fundada en
1982,con una superficie total de diez mil
metros cuadrados, constituyéndose en la más visitada por turistas (600 mil
personas/año). La entrada al parque tiene un costo de 22 R$ por persona adulta,
y de 11 R$ para mayores de 60 años y niños menores de 6 años. El parque está
suficientemente diseñado para que los turistas recorran una senda muy bien
delimitada que va pasando por las piscinas o pozos con las distintas especies
marinas. Son muchas, que para el especialista en la materia que quisiera
detallar todo, se tardaría días en recorrerlas. Todo el trayecto está dotado
con carteleras explicativas y detalladas en portugués e inglés. El agua
cristalina que sustenta las piscinas proviene por sistema de bombeo desde el
mar a través de tuberías subterráneas. Se manejan 600.000 litros de agua
durante este proceso. Adicionalmente está dotado de equipos multimedia, cine,
video, paneles fotográficos, tiendas, espacio cultural para eventos con
artistas en vivo, área de guardería con mesitas, libros y colores para dibujar.
Es muy llamativo un tanque especial con nivel superficial y subterráneo, donde
hay tiburones y manta rayas.
El malestar que
llevaba me impidió detallar y tomar notas durante el recorrido, como me hubiera
gustado. Tenía la intención de buscar un centro de atención médica en el
parque, pero los guías me informaron que estaba fuera del parque. Así pues,
apresuré un poco el recorrido final para salir y buscar el auxilio que
necesitaba. Ya en la placita me vi forzado a decirle al Junior que no me sentía
bien, sin que se dieran cuenta los restantes del grupo para no alarmar, preocupar
y quitarle el entusiasmo del paseo por el complejo turístico. Ambos, solos,
buscamos y nos dirigimos a un centro público de salud a pocas cuadras de donde
estábamos, donde me tomaron la tensión con buen resultado (alta: 13; baja: 7),
lo que me tranquilizó, y nos dispusimos a proseguir el programa que traíamos,
caminando un buen estrecho bordeando el mar, hasta llegar a un conjunto de
toldos y sillitas, donde Marlon Rodríguez, su esposa Carolina y sus pequeños
hijos, David y Andrés, nos esperaban. Previamente, durante tempranas horas de
la mañana se habían puesto de acuerdo telefónicamente con Junior para
encontrarse en algún punto de la praia Forte. Ya ellos, por propia iniciativa
habían alquilado “sombreros y caderas” (toldos y sillas). El hijo mayor de esta
pareja de venezolanos se llama Alberto, tiene la misma edad de Daniel, y no
estaba presente, porque se había quedado para estudiar, ya que en este tiempo
tienen exámenes de lapso.
Marlon Rodríguez, su esposa Carolina y sus pequeños
hijos, David y Andrés, nos esperaban en la praia Forte
Marlon es uno de los
ingenieros que tuvo que salir de Venezuela a consecuencia de las políticas de
Chávez contra los profesionales y técnicos de la industria petrolera. Hacen 8
años fue pionero del grupo de venezolanos que aterrizaron al estado de Bahía en
Brasil. Provienen de Cabimas, hablan perfectamente el portugués con el acento
maracucho. Los hijos, especialmente, el mayor, han perdido el acento,
predominando el acento “baiano” (bahianano).
La crisis petrolera
a nivel planetario ha perjudicado a este grupo de ingenieros venezolanos que
vive en Salvador de Bahía, y entre ellos, existe cierto grado de preocupación
por la incertidumbre de esta situación. Específicamente, Marlon tenía bajo su
responsabilidad un personal compuesto más o menos por 100 personas, y
actualmente, él está solo en su área de desempeño, trabajando en su apartamento
residencial, porque la compañía donde trabaja hasta el local de funcionamiento
fue cerrado, sin saber, hasta cuándo durará la crisis del sector petrolero.
Además de pioneros del grupo, la pareja Marlon y Carolina liderizan este grupo
de venezolanos en Salvador. Por cierto, Junior y Marisela han sido los últimos
en incorporarse al grupo, y los únicos que no laboran en la rama petrolera,
sino en la especialidad financiera.
Junior nos presentó
a sus amigos al frente del océano Atlántico, de inmediato todos entramos en
plena empatía y sincera amistad. Esta playa tiene la característica de tener
rompe olas naturales de piedra y corales. La marea en toda la región costera de
la playa de la “costa de cocoteros” sube o baja aproximadamente cada 6 o 4
horas. Vía internet o a través de revistas locales se indican los horarios de
las mareas a fin de informar a los bañistas. Los conocedores de todos estos
detalles habían sincronizado la hora de encuentro en el periodo apto de bañarse
con la marea baja. En estas condiciones se divisan claramente los arrecifes de
piedras porque el agua no las tapa. Entre la zona donde no hay arrecifes y el
borde playero el mar presenta piscinas naturales, cristalinas y olas sin
reventar, donde los turistas se bañan tranquilamente. El agua es más fría que
la del mar caribeño. Cuando vamos a las playas en Venezuela, nos encontramos
frente a las islas del Caribe y costas de EEUU, y ahora estábamos frente a las
costas africanas e islas Canarias y Madeirense. En vista de que me sentía mejor
me animé a tomarme un trago de la cerveza del junior que me cayó muy bien, pero
no me animé a bañarme.
Finalmente, cuando todos,
quienes se habían bañado, secado y cambiado, empezamos a recoger y caminar
hacia los vehículos. En este trayecto se presentó un fenómeno natural porque
sobrevino de repente una ventolina y lluvia horizontal, de calor pasamos a
frío, dificultándonos el caminar ágil y rápidamente, pero, cuando llegamos al
aparcadero, todo había vuelto a la normalidad, sin viento, ni lluvia, y con
sol. Posteriormente supimos que Carolina se resfrió y hasta quedó afónica.
Por el camino de
regreso comimos en una pizzería, cuyo dueño es amigo personal de Marlon, por lo
que su atención fue esmerada, para cerrar, de esta manera, un día intenso.
DIA LUNES
25/07/2016:
Hoy me desperté a
las 4:00 a.m. sin poder seguir durmiendo. A las 4:30 salí del cuarto a la
cocina y ya María Lourdes empezaba a calentar agua para preparar el tradicional
cafecito madrugador. Yo continué colando el café mientras Marilurdes organizaba
la cocina. Al llegar Michael (Mike)) nos pusimos a hablar del viaje a Curitiba
(estado Paraná). Me contó que Curitiba fue el punto de llegada de los primeros
Krannawitter a Suramérica, de donde la mayoría de ellos se fueron a la
Argentina para aprovechar las ventajas de la producción y explotación del
trigo. Ponta Grossa es un municipio brasileño ubicado en el centro del estado
de Paraná, distante a 130 km de la capital Curitiba, en una región conocida
como Campos Gerais do Paraná. La superficie del municipio es de 2.068 km²,
encontrándose a una altura sobre el nivel del mar de 975 m. La latitud con
respecto al ecuador está entre 24 y 28 grados (bastante al sur del continente)
por lo que su temperatura es fría, promediándose en 17 grados. Se trata de una
población pequeña de 303.399 habitantes (2010). El estado de Paraná tiene al
sur los estados de Santa Catarina y Rio Grande do Sur para limitar a
continuación con Uruguay. Cuando Junior bajó de su habitación se unió a la
conversación, pero ya era hora de salir al aeropuerto, hacia donde, los condujo
Junior, para luego dirigirse a su trabajo cotidiano. El avión que tomaron salía
a Brasilia para llegar posteriormente a Curitiba, y seguidamente, deberían
trasladarse a Ponta Grossa por autobús, donde se encontrarían con familiares,
entre quienes hay uno especializado en genealogía.
Hoy caminé desde la
casa a la playa por primera vez, tardándome mucho tiempo porque fui tomando
nota de las calles y los puntos referenciales en cada sitio por donde pasaba
(ver mapa).
Croquis tipo de la ruta “Praia Gavea”
Resumidamente estos
son: Portón del condominio Villa Verde, rua Priscila Dutra en sentido hacia la
derecha; condominio Villas Recanto; cercado de Villas Residence; esquina que
cruza con rua Itamaracá, cruce a la derecha; portón Villas Residence;
casas-quintas; esquina con pequeña redoma que cruza a la derecha con rua Pajussara
(o Pajuϛara),
siguiendo a la izquierda por la misma rua Itamaracá; casas quintas con árboles
frondosos y que dan agradable sombra; esquina que cruza con rua praia Guaibu;
casas quintas; esquina que intercepta con ruan praia Olinda; Vila Aracá; rua praia
Suapé; casas quintas y boutique Villa Aracá; emporio de Lar; rua praia de
Orange. En este punto se llega a una esquina donde la calle Itamaracá se cruza
con rua praia Tambau, donde se deja de caminar por la Itamaracá, para tomar la
Tambau; casas quintas, hasta llegar a una esquina donde se identifica la calle
con el nombre rua praia de Pitimbu; posada Porto Villas; intercepción con rua praia
Alhanda y rua praia Igarassu; puente sobre el río Sapato, y finalmente, entrada
a la praia Gavea (Gaviota). Toda esta zona, eminentemente residencial, a pesar,
de ser de poco tránsito tanto vehicular como de transeúntes, es segura. Con
todo y eso, las casas tienen todas cerco eléctrico y perros (“caos”)
guardianes. El transporte público pasa con muy aceptable frecuencia. Las casas
que dan hacia el mar son muy distinguidas, con piscinas, churrasquerías,
caneyes y extensos solares de grama bajo cocoteros; la entrada principal da
hacia las calles, y el fondo da hacia el mar. Entre la playa y las casas hay
una acera peatonal de varios kilómetros, por donde la gente realiza sus
ejercicios de caminata anaeróbicos. Aunque los letreros indican la prohibición
de bicicletas, es frecuente encontrarse con vendedores ambulantes movilizándose
en ellas. Cada calle en dirección a la playa termina en forma de vereda
peatonal. Las veredas dan hacia cómodos chalets de playas con servicio de
restaurant, baños, mesones y bancos, que llaman “barracas”, identificados con
distintos nombres marinos, reinando absoluta limpieza, sin escombros ni desperdicios
ni malos olores. Todo este conjunto de características ideales para un lugar de
buen esparcimiento ha contribuido a que exista la tradición de que las familias
de este conglomerado urbano se reúnan en estas orillas de playa para recibir el
nuevo año. En mis caminatas posteriores, sin la pérdida de tiempo en explorar
el recorrido, pude constatar que saliendo de la casa de Junior hacia esta playa
me tardo 20 minutos, lo que equivale, a la caminata desde mi casa en Ciudad
Alianza al centro comercial del central Madeirense en la primera etapa.
El resto del día lo
pasé poniendo en orden las anotaciones y empezando a hacer croquis de las rutas
caminadas. La tranquilidad de todo el sector, el fresco durante la época de
invierno en Lauro de Freitas y el ambiente agreste permiten sentarse en el
porche de la casa y hacer muy agradablemente este tipo de tareas como hobby. La
única nota contrastante que siempre persiste en el pensamiento, y que es casi
imposible de apartar, aunque uno lo intente, es sentir la profunda diferencia
entre el ambiente infernal de nuestra procedencia y el paraíso del destino a
que llegamos. Los vigilantes brindan una atención de verdaderos caballeros,
sonrientes, amistosos. El señor encargado de la basura en el condominio pasa
cada hora recogiendo las bolsas de desecho en los frentes de las casas para
colocarlas en el frente de condominio para que el servicio de aseo público lo
recoja. No he logrado ver los camiones en este proceso de recolección de
basura, por lo que me imagino que lo hacen de noche, porque en todas las calles
no se consiguen desperdicios por recolectar, ni papeles o basura en el piso.
Las aceras son de caico;los taxis son blancos; y el
transporte escolar, blanco con franjas amarillas
Una de las
características de la aceras es que la mayoría de ellas son de caico o
tablillas de 2 cm x 2cm, blancas y negras, instaladas en forma artística. La
gente que se cruza con uno por la calle, sin distingo de clase social, van
semisonrientes, demuestran gentileza buenos modales. No he visto carros
destartalados en ningún momento. Los autobuses y busetas todas se ven nuevas.
Tanto taxis como trasportes escolares se distinguen por su pintura uniforme,
los taxis de blanco y con una raya horizontal azul y roja, y los escolares,
blancos también, con franjas amarillas. Es frecuente en Lauro de Freitas, no sé
en Salvador ni en el resto del Brasil, que a los peatones que buscan cruzar la
calle, le dan paso, indicando con la mano que pase de un lado a otro, y lo más llamativo,
es el detalle que siempre se detienen para dar paso al peatón con una
separación de uno o dos metros, sin que nunca estén cercanos a la o a las
personas a quienes gentilmente les están dando la prioridad de caminar. Es para
uno sentirse en un mundo fantasioso.
Frecuentemente los conductores dan paso gentilmente a los peatones que buscan cruzar la
calle
Al mediodía, cuando
llegaron los niños del colegio, María Victoria llegó felicísima, contando quela
maestra había sorteado entre sus alumnos la celebración del “dia dos avós” (día
de los abuelos) con la invitación y participación de la celebración de ese día,
conla presencia de los abuelos de los alumnos ganadores (una hembra y un varón),
y ella había quedado seleccionada junto a otro compañerito. Así pues,
dirigiéndose hacia nosotros, dijo que “el abuelito y la abuelita tendrían que
asistir al siguiente día a mi colegio”.
DIA MARTES
26/07/2016:
“Dia dos avós”. Día
de los abuelos en Brasil. Como es habitual, salieron junior y los niños a
primeras horas del día a cumplir sus obligaciones cotidianas. Marisela suele
llevar a los niños todos los días al colegio Sartre y después dedicar una o dos
horas en un gimnasio cercano. Nosotros nos quedamos para esperar a Marisela y
asistir a media mañana la celebración del dia dos avós. Este colegio está
ubicado en la rua Ana C. B. Dias, a cinco minutos de la casa en carro, y 8 o 10
minutos a pie. Tiene unos 50 años de funcionamientos con presencia activa en
varios estados de Brasil, y según Marisela, es un colegio católico manejado por
seglares. Los cursos van desde primaria hasta secundaria. La educación
secundaria funciona en una edificación separada en el lado de enfrente del
colegio. Cuando nos hicieron pasar a la actividad esperada, nos invitaron
entrar al salón de la biblioteca. Ya los alumnos estaban reunidos en esta
biblioteca, todos sentados en el piso, y cada uno, dotado de una pequeña
almohada, que no llevan todos los días, sino únicamente este día, por
instrucciones precisa de su maestra. A la entrada de la biblioteca pudimos
observar un mesón de artefactos caseros y pequeños objetos de uso personal que
pretendía emular un museo de antigüedades para ambientar a los niños con la
época de los abuelos. Le pregunté a la maestra la procedencia de las
antigüedades y me explicó que los niños las habían traído con el compromiso de
devolverlas a su destino original. Ya dentro de la biblioteca nos hicieron
sentar en una pequeña tarima a Pino y a mí para dirigirnos a los alumnos,
mientras que a María V. le tocó sentarse a nuestro lado para traducirle a sus
compañeros de clase nuestros relatos, los cuales, deberían relacionarse con
algo sucedido en nuestra infancia, y que estuvieran relacionados con las
lluvias, centellas y truenos nocturnos, tema este que venían estudiando para el
momento de esta clase. Me tocó exponer de primero. Les conté una anécdota de mi
infancia, cuando estudiaba interno en el seminario de Caracas:
“En
cierta oportunidad nos pasaron una película de terror, en la cual un tipo
muerto fue enterrado con las manos cortadas y pasado cierto tiempo la mano del
difunto surgió de la tierra caminando y atemorizando a los deudos y parientes,
hasta llegar a ahorcar a algunos de ellos. Al día siguiente dibujé en un papel blanco
mi mano izquierda, la recorté, y cuando en el dormitorio el maestro apagó las
luces, descendí de mi cama, la puse en el medio del pasillo lográndose ser
vista en medio de la oscuridad con mucha nitidez debido a su color blanco. El
primer niño que se paró para hacer pipí en el baño al final del pasillo al
posarse frente a la mano formó un griterío y corriendo fue a refugiarse entre
las sábanas de su cama. Los otros niños alarmados por los gritos se fueron
percatando de la temible figura que les hacía recordar la película, y el
griterío fue general, hasta que el superior que nos cuidaba encendió las luces,
recogió la mano y se puso a recorrer fila por fila todas las camas para tratar
de descubrir al culpable de tan inesperado incidente que había perturbado la
paz y tranquilidad de la noche. Cuando pasó frente a mi cama, con la cara
tapada por la risa, me sacó de inmediato frente a todos, me castigó poniéndome
de rodillas a la puerta del dormitorio y suspendida el próximo día de visita
familiar”.
Me percaté que los
niños entendieron la pequeña historia, a pesar de que María V., dominada por
los nervios, no tradujo al portugués la narración. Los niños rieron e hicieron
algunas preguntas. Ahora, le tocaba intervenir a Pino, contándoles que en las
noches de lluvia cuando era niña, se reunía con sus hermanos a tocar cuatro y
cantar, e inmediatamente deleitó a los niños, cantando a capela algunas
canciones de su repertorio, como sombra en los médanos, Venezuela, etc. Este
improvisado repertorio sorprendió y agradó enormemente a todos los presentes.
Para finalizar le dimos el puesto a la abuelita del niño que había ganado en el
sorteo. Ella es portuguesa, residente en Portugal, y también estaba visitando a
su familia en el Salvador. Nos agradó mucho que habla bien el español porque
vivió en Venezuela, en Sabana Grande, y lo que más nos agradó, es que “ama a
Venezuela”.
[1] El lado
derecho de la casa está referido a la posición personal mirando frente a la
puerta de entrada.-