DIA MIÉRCOLES
27/07/2016:
Hoy dediqué gran
parte de la mañana a caminar. Seleccioné la ruta hacia la Iglesia Sao Joao
Evangelista, la cual, queda relativamente cerca de la casa de Junior, pero me
tardé mucho porque fui tomando notas detalladas en mi pequeña agenda obsequiada
por Isa en su último viaje a EEUU. El modus operandi de estas primeras
caminatas exploratorias siempre fue el mismo. Salía del condominio, caminaba
por una acera hasta completar el destino programado, tomando nota de los puntos
de referencia en ese mismo lado por donde caminaba. De regreso, hacía lo mismo
pero en sentido inverso, caminando por la otra acera, y siempre, tomando notas
de puntos referenciales. Esto me permitió conocer muy bien la zona, la gente,
los comercios, etc. También me facilitó el levantamiento de croquis donde
plasmé los puntos de referencia que había registrado durante las caminatas.
Estos croquis los hacía en la casa, en horas que no había actividades
especiales, lo que me permitió, no pasar nunca algún momento aburrido, más
bien, me faltaba tiempo, porque tenía que consultar en maps de google para
corroborar exactitud de información vaciada en mis mapitas.
Seleccioné la ruta hacia la Iglesia Sao Joao
Evangelista
En este trayecto la
nota relevante fue la visita al Pao Express, a donde entré para curiosear la
gran variedad de artículos comestibles y delicateses. Se muestran solo algunos
de ellos a manera ilustrativa:
Leite (leche)
integral Parmalat larga duración 1 l. 4,99 R$; el mismo producto marca Betania
4,89 R$ y la marca comercial Piracan a 4,89 R$; margarina Qmix 250g 3,49 R$;
margarina Qualy 500 mg 6,79 R$; queijo (queso) mussarela Sertanejo 204g 7,17
R$; quejo Lanche Da Vinci 190g 7,68 R$; salchichón Sadia 100g 7,68 R$;
requeijao (requesón) Polenchi 200g 5,99 R$; requeijao Nestlé (queso crema
blanco) 200g 6,69 R$.
Se muestran algunos de Pao Express
Me salí del Pao
Express y seguí caminando hacia la casa. En general, se puede afirmar que el
movimiento comercial en Lauro de Freitas es muy activo y competitivo. Se encuentran
algunas veces los mismos productos en distintos locales comerciales con
diferencias apreciables de precios. Los supermercados e hipermercados abundan
por doquier, entre panaderías, establecimientos de delicateses, pequeñas
ferreterías y otros, y todos, tienen numerosos clientes, sin que se formen
colas. En lo que respecta a las medicinas, sí son muy caras, incluyendo las que
consiguen a través de una red de farmacias que dejó montada Luis Ignacio, Lula
Da Silva, conocidas como “Farmacia de los Trabajadores”. Por cierto, estas
farmacias no se consiguen en los condominios, villas o residence, sino en zonas
urbanas de población pobre. En mis caminatas me tropecé con uno que otro
mendigo. El vestir de los baianos tiende más a ser informal, en comparación con
otras ciudades, según me revelaron quienes han viajado por todo Brasil. La
mayoría de los transeúntes van con chinelas, shores y franelas, incluso, en
centros comerciales distinguidos. No se aprecian vehículos sucios, sino
pulidos, vistosos, incluyendo los de servicio público. Una que otra vez he
visto patrullas de policías, pero sin embargo, reina ambiente de seguridad en
todas partes. Tampoco me ha tocado oír y ver ambulancias en plena acción. La
mayoría de taxis no circulan sino que permaneces estacionados en fila para que
los clientes tomen el taxi que está de primero en la fila. La gasolina es tan
cara, que de esta manera, los taxistas se ahorran costo en su prestación del
servicio. También se ven moto taxis, exactamente igual que como operan en
Valencia y Caracas.
DIA JUEVES
28/07/2016:
María Lourdes y Mike
llegaron de Paraná a plena madrugada, venían cansados por el largo viaje en tan
corto tiempo. Temprano, una vez que “la crianϛa” (los niños) fueron conducidos al colegio por
Marisela. Marilurdes, Daniel y mi persona caminamos desde la casa a la playa,
guiándome exactamente por el itinerario que yo había levantado anteriormente.
Los tres fuimos muy animadamente hablando y celebrando las alocadas ocurrencias
de Marilurdes.
Marilurdes,
Daniel y mi persona caminamos desde la casa a la playa
Llegamos a la praia
Gavota (gaviota). La brisa que venía del océano era fría, la bruma marina
ofrecía una vista nublada y la soledad que reinaba en el ambiente inspiraba
respeto, pero con el continuo y característico sonido agradable del oleaje, la
estadía frente a la amplia vista de agua con el horizonte marcadamente curvo,
nos hacía placentero la estadía en el sitio. Tomamos algunas fotos en los
bancos dispuestos solamente para nosotros y nos dispusimos a regresar. Yo les
advertí a mis acompañantes que les tocaría a ellos ir adelante y señalar el
camino para regresar a casa. En vista de que al arribar a cada esquina se
encuentran dos vías para seleccionar solo una, siempre seleccionaron la que no
debían escoger. Los dejaba andar un trecho y les informaba luego que era la
otra calle que debíamos haber tomado, obligándonos a devolvernos para seguir el
camino correcto. Las primeras veces celebraban la broma. Pero cuando estábamos
por terminar la ruta, Marilurdes me reclamó fuertemente, disgustada, increpándome
que yo no consideraba su cansancio que traía desde Curitiba. Como pensaba que
me había pasado la mano, me dije a mí mismo “ya era” (terminó), y María
Lourdes, olvidándose de su mortal cansancio, volvió a sus alegres andanzas.
Temprano, al
anochecer y una vez que Junior había llegado de su faena en Firestone, fuimos
en los dos carros al centro comercial Salvador Norte, ubicado en el límite
entre Lauro de Freitas y Salvador, dentro del lindero de este último. Mike se
quedó con la crianϛa viendo por CNN en español el desenvolvimiento de la
campaña electoral en EEUU. Este centro comercial fue el primero que conocimos
porque es el más grande dentro del círculo urbanístico de la residencia de
Junior y Marisela donde se desenvuelven habitualmente para no llegarse hasta
Salvador. Como todos los centros comerciales de la región, es muy cómodo,
práctico, con amplios pasillos, aire acondicionado central, muy parecido a un
sambil nuestro, con las notables diferencias circunstanciales que se viven
actualmente en Venezuela. Se notan muchas franquicias desconocidas en nuestro
país.
Fuimos al centro comercial Salvador Norte Shopping,
ubicado en el límite entre Lauro de Freitas y Salvador
En todos los centros
comerciales brasileños no se conocen los centros de comunicaciones telefónicas
porque todos los peatones, por más humildes que sean, llevan sus celulares
personales. Los centros de copiados son más escasos que en Venezuela, en
cambio, las “lojas” (tiendas) de chocolates, prendas de vestir, artefactos de línea
blanca, “droguerías” (farmacias), productos veterinarios y perfumerías son muy
abundantes. En la feria de comida consumimos algo liviano como cena. También
son iguales a las que tenemos en Venezuela.
DÍA VIERNES
29/07/2016
Hoy en la mañanita
caminé temprano después que Junior se había ido a su trabajo y que Marisela
había llevado a la crianϛa
al colegio para después asistir a sus ejercicios de gimnasia. Aparte de que mis
caminatas forman parte de mi tratamiento preventivo cardiovascular, aquí en
Brasil, se han convertido en una herramienta eficaz, entretenida, atractiva y
cultural, para explorar muchas cosas nuevas para mí.
Los primeros días
anduve por los alrededores de la casa, dentro de los límites de Lauro de
Freitas, que forma un municipio distinto al de Salvador, aunque estas dos
localidades estén unidas en una misma zona metropolitana, exactamente como
ocurre con el caso de Petare (Miranda) y Caracas (Distrito Capital), que forman
una mismo urbanismo metropolitano. De inmediato uno se da cuenta del gran
parecido existente entre Venezuela y Brasil, porque si las urbanizaciones de
las grandes ciudades venezolanas se hayan cercanas, y hasta mezcladas en
algunos casos, a los barrios, igual que ocurre en Brasil, también los
condominios, residence o villas se encuentran cercanas a las favelas. Mientras
en Venezuela no se respetan los cauces de ríos y quebradas, en Salvador y Lauro
de Freitas sí se respetan rigurosamente, por lo que se consiguen ver muchas
zonas verdes en medio del hábitat urbano.
Los
primeros días anduve por los alrededores de la casa
Toda esta zona de
Salvador y Lauro de Freitas es llana, con leves colinas y muchos cauces de ríos
y caños, en virtud de lo cual, se pueden dar el lujo de respetar rigurosamente
los cauces de agua de ríos y de lluvia. En Salvador y Lauro de Freitas, todos
los ranchos tienen sus medidores de consumo eléctrico. En Venezuela ninguna
casa de barrio tiene medidor de consumo eléctrico. Los olores de agua negras en
medio de las humildes viviendas es igual en ambos países, aunque, hay que
reconocerlo, se observa que las calles y frentes de casa en la favelas reina
mayor limpieza que en nuestros barrios. En general, se observa mayor hábito de
trabajo en Brasil, que en Venezuela. Como muy curioso he notado que se me hace
más fácil identificar los tipos de rutas de transporte público en Brasil, que
los tipos de transporte público en Venezuela, porque son más simples en Brasil.
Casi todo el parque automotor operativo, tanto público como privado, se
encuentra en muy buenas condiciones. Las unidades para servicio público se
pintan iguales (taxis, transporte escolar, autobuses, etc.). El comercio
informal de buhonería solo funciona en las favelas o en el casco central de la
ciudad. En general, los peatones son amables y gentiles.
La tarde la
dedicamos a las compras de los ingredientes de unos patacones, que Pino, Dany y
yo, queríamos obsequiar al resto del grupo familiar. Nos dedicamos con mucho
esmero a prepararlos con la ilusión de que les gustara mucho. Cuando Junior llegó
de su trabajo brindamos con unas cervecitas la reunión familiar. Todavía
nuestros sentimientos se mantenían como si acabáramos de llegar.
DÍA SÁBADO
30/07/2016
Hoy Junior y
Marisela tenían planeada la visita a la Basílica Santuario Senhor do Bonfim. Ya
a pocas cuadras de la iglesia se nota la gran cantidad de carros aparcados,
como igualmente, centenares de turistas, muchos de ellos, con características
de europeos y norteamericanos, pero también, cantidad de humildes brasileños
dedicados a la venta ambulante de baratijas, estampitas, cuadros, rosarios y
demás objetos de piedad, mezclados con pequeñas piezas y trípticos de santería
africana, típico cuadro de sincretismo religioso. La iglesia se encuentra
encima de una leve colina, lo que le permite tener excelente vista panorámica
del Salvador bajo. Lamenté mucho que la camarita que había traído tuviera la
memoria atascada sin permitirme sacar fotos, pero Marilurdes estaba
afanosamente cumpliendo su función de reportera gráfica con su celular de tecnología
de punta. Al entrar me sentía confundido, por tantos visitantes, hasta que con
ayuda del Junior me di cuenta que en esta Basílica se tiene un punto de
cumplimiento del año jubilar de la Misericordia, atravesando la puerta
seleccionada para tal fin.
Junior y Marisela tenían planeada la visita a la
Basílica Santuario Senhor do Bonfim
Así pues, la pasé y
empecé a recorrer la nave, hasta que vi a un curita sentado en una banca,
confesando, sin penitentes en ese preciso momento, por lo que aproveché la
ocasión, y me dispuse a la confesión. Al principio pensé que el padre hablaba
español, por lo que intentaba atraer su atención, expresándole que hablaba
español, que provenía de Venezuela, y otros aspectos adicionales que le
pudieran provocar cierta curiosidad, pero cuando finalicé mi improvisada
perorata, se limitó a darme la absolución en portugués. Fue entonces, cuando me
percaté de que el curita no entendía ni remotamente el español, que me había
absuelto de mis pecados sin haberlos confesado aún, por lo que me vi obligado a
intentar a que oyera la larga lista de pecados que deseaba fueran perdonados,
con el firme propósito de no volverlos a cometer, pero él me tranquilizó y
manifestó que mis pecados ya habían sido borrados sin los acostumbrados
consejos finales que suelen dar los confesores, indicándome una pequeña
penitencia consistente en un Padre Nuestro al Senhor de Bonfim, e indicando
amable y gestualmente que me retirara. Me levanté del banco agradeciéndole a
Dios las grandezas del año jubilar de la Misericordia decretado por S.S.
Francisco, sumamente alegre, y con renovada energía espiritual. El resto de la
visita fue muy interesante.
La devoción al Señor
de Bonfim se remonta desde la época colonial, cuando un capitán portugués estuvo
a punto naufragar en medio de una tremenda tempestad frente a las costas del
Salvador, lográndose salvar, gracias a una promesa que hizo de traer la imagen
de su devoción a este lugar. En 1745 cumplió su promesa y colocó la imagen en
la Igreja de La Peña, de manera provisional, hasta que en el año de 1754 se la
trasladó a la Basílica ya construida. La fiesta popular se realiza el segundo
domingo de enero de cada año, con ritos folklóricos alusivos al lavado de la
iglesia, con marcada influencia de los bailes, tambores y cantos africanos.
Otra tradicional es la colocación de las Fitinhas de Bonfim (cintas de Bonfim),
como su nombre lo indica, son cinticas de nylon, aptas para convertirse en
pequeñas pulseras, pero destinadas para hacer peticiones de favores a Nuestro
Señor de Bonfim, y colocarlas en las barandas que rodean al templo. Estas
cintas se recogen en las fiestas de enero y son ofrendadas al Señor. Al momento
de nuestra visita ya no había más especio para colocar cintas.
Posteriormente nos
dirigimos a un restaurant de lujo, denominado Coco Bambú. Realmente es un sitio
espectacular, escogido por el Junior, a petición de María Lourdes y Mike,
quienes querían obsequiar el almuerzo por la hospitalidad que le habían
brindado en Brasil, pero por desconocimiento del lugar, debían apoyarse en el
Junior. Me llamó mucho la atención, además del tradicional parquecito de niños,
tiene otro espacio para adolescentes, totalmente equipado en función a los
gustos de tales usuarios. Me contó Junior que este fue el primer restaurant que
conoció en la ciudad, porque cuando inició su trabajo en Bridgestone, su jefe
lo invitó a este sitio, porque es amigo del dueño, y tuvieron el privilegio de
hacer un recorrido por todas sus instalaciones internas, como cocina, depósitos,
cavas, etc. Para que se tenga una idea de este tipo de negocios en Brasil, este
restaurant hace compras anuales para acceder a buenos precios. Por eso las
cavas son del tamaño de una habitación. De manera casual la mesa que nos fue
asignada tenía el Nº 100, lo que provocó que Marilurdes y yo recordáramos los
gratos tiempos de la casa de la Pastora ([1])
Posteriormente nos dirigimos a un restaurant de lujo,
denominado Coco Bambú
Ya de regreso a casa
pasamos a dar una visita a otra pareja de venezolanos en Vilas de Abrante: José
Manuel (Cheo) y María luisa, recién paridos hace 4 meses, de dos morochitos,
varón y hembra. Conocimos a los padres de Cheo, Leonardo Moreno y Alina, quienes
también vinieron de visita desde Barquisimeto.
Pasamos a dar una visita a otra pareja de venezolanos
en Vilas de Abrante: José Manuel (Cheo) y María luisa
DÍA DOMINGO
31/07/2016
Hoy todos alargaron
un rato más el sueño matutino sin la presión del trabajo o del colegio. Junior,
Marisela y mi persona salimos a Misa en la Iglesia parroquial de San Juan
Evangelista. Llegamos a buen tiempo para tomar asiento en las primeras filas.
La igleja (iglesia) tiene una placa conmemorativa de su fundación con la
siguiente leyenda: “Em 23/10/2004 foi criada a Parroquia de Sao Evangelista de Vilas, por
sua eminencia o Cardenal D. Geraldo Majella sendo 1er. parroco o Pe Joao Abel”.
Al comenzar con suma puntualidad la misa a las 7:30 a.m., la iglesia se hallaba
totalmente llena de feligreses. Por primera vez yo asistía a una misa en idioma
distinto. Reparten dos hojas en idioma portugués, una con los cánticos, y la
otra con las oraciones y lecturas, ambas referidas a la liturgia del día. La
hoja de las lecturas es muy parecida a la que conocemos en Venezuela, solo que
es un poco más grande y también es
editada por la editorial San Pablo de la misma congregación paulista. Al final
de la misa todos los fieles devuelven las hojas en una bandeja expuesta a la
puerta de salida. En vista de que el
padre celebrante se ha hecho amigo de Junior y Marisela, nos acercamos a
saludarle y presentarme. Habla bien el español porque ejerció su ministerio
pastoral en Chile durante dos años. Me autografió la hojita para llevármela de
recuerdo. De regreso a casa desayunamos, y nos preparamos para salir a la casa
de los mejores amigos brasileños de Junior y Marisela.
Para homenajearnos,
muy gentilmente, José Luis Aparecido, María Barros y Sara Barros Aparecido,
antes de que llegáramos de Venezuela, habían planificado una invitación
especial a un almuerzo familiar basado en un plato típico del Brasil, y más
genuinamente de Minas Gerais, llamado “feijoada”. Acordaron seleccionar este
día para aprovechar la estadía de Mike y Marilurdes, quienes, regresarían el
siguiente día a su casa en Denver Co, USA.
José Luis Aparecido, María Barros y Sara Barros
Aparecido nos invitaron a un almuerzo familiar
En este punto se
hace preciso aclarar dos cosas. En primer lugar, el procedimiento de identificación
en Portugal y Brasil basado en identificar a las personas con el primer
apellido de la madre, y en segundo lugar, con el apellido del padre. Por eso la
hija de esta entrañable familia lleva su identificación como quedó indicado,
Barros Aparecido. La segunda cosa a aclarar se refiere al plato típico
brasileño. Feijoada es un guiso de caraotas negras con carne de cerdo en
trocitos, más otros ingredientes opcionales, procedente originalmente de
Portugal y trasladado a las antiguas colonias portuguesas como Brasil, Macao,
Angola, Cabo Verde, Mozambique y Goa (India). Me comentaba el ingeniero Johan,
a quien le ha tocado viajar mucho por extensas zonas brasileñas, que este plato
tradicionalmente ha calado más en Minas Gerais que en otras regiones del territorio
brasileño. Para ampliar su interesante información al respecto, me comentó que
ha oído de muchas personas conocedoras del tema, la comparación del plato de la
hallaca venezolana con este de la feijoada, porque tanto los esclavos
venezolanos como los esclavos brasileños, en su época, llegaron a añadir sobras
suculentas de sus amos a los respectivos platos, tanto en el venezolano (la
hallaca navideña), como en el plato típico brasileño (feijoada).
Feijoada es un guiso de caraotas negras con carne de
cerdo en trocitos. La farofa es harina de mandioca
La atención de la
familia anfitriona no pudo ser mejor. A Mike y Marilurdes le manifestaron
especial aprecio. María llegó a comentarnos que en Brasil suelen llamar “gringo
o gringa” a toda persona que no hable portugués, sin sentido despectivo, al
contrario, como una expresión de respeto, de buena acogida, y en la práctica,
pude corroborar esta información en todas mis correrías por las calles, porque
cuando los “baianos” descubren que uno no habla portugués, entonces le brindan
mayor atención y mejores expresiones de respeto y amistad. La tarde se hizo
corta entre anécdotas y ocurrentes salidas de Marilurdes.
Como sobremesa
inauguramos la libreta de dominó familiar, sede, Laura de Freitas, controlada
por la familia Sarratud Aguiar (ver detalles en la libreta). Ya al anochecer,
tras la quinta o sexta despedida, nos retiramos a la casa en Villa Verde,
porque Junior tendría que cumplir sus compromisos habituales de trabajo al
siguiente día de trabajo, los niños “a la escuela sin cazuela” y Mike y
Marilurdes tendrían que madrugar en el aeropuerto Magalhaes del Salvador.
Como sobremesa inauguramos la libreta de dominó
familiar
DIA LUNES
01/08/2016:
Hoy fue el último
día de estadía de Mike y Marilurdes en Brasil. La mañana la dedicaron a
preparar maleta y bolsos de mano. El rostro de Mike reflejaba abiertamente el
nerviosismo reinante internamente o el rechazo a la idea de abandonar un
ambiente sumamente agradable. Por su parte, Marilurdes afanada a que no se le
olvidara algo de lo que iba a meter en sus equipajes, pero que no se acodaba ni
remotamente dónde lo había puesto. Mike la ayudaba, no a empacar, sino a
recordarle dónde hallar.
Yo, por mi parte,
procedí a mis acostumbradas caminatas, esté donde esté, sea en Ciudad Alianza,
Valencia, Coro o Barinas, y ahora en Lauro de Freitas. La ruta que tomé este
día fue hacia la rua Itapuã, donde se encuentra el vistoso arco
de entrada a Vilas do Atlántico.
En la tarde Daniel y
yo acompañamos a Marisela para llevar a Mike y a Marilurdes al aeropuerto
porque les tocaba regresarse a Denver. Junior salió desde su lugar de trabajo
al aeropuerto para despedirlos personalmente. Se chequearon rápidamente, sin
ningún tipo de inconveniente, y casi enseguida, nos despedimos para que
aguardaran al llamado de abordar la nave en la zona de espera internacional.
Junior, de inmediato, almorzó con una hamburguesa. Pude apreciar que su trabajo
le estaba exigiendo mucho, al constatar que eran las 3 de la tarde y no había
podido almorzar hasta esa hora, por atender asuntos de trabajo. Pero también me
di cuenta que controla la situación y que le va bien, por lo que más bien,
quedé tranquilo. Daniel compró en uno de los stands ubicados en el medio de los
pasillos unas pequeñas prendas de fantasía para su “madrina” Mary.
Daniel y yo acompañamos a Marisela para llevar a Mike y
a Marilurdes al aeropuerto
DIA MARTES
02/08/2016:
La actividad para
hoy se basó en pasar el día en el Shopping Salvador Norte. Una vez que Junior
se fue a su trabajo y los niños a su colegio, Marisela nos llevó al centro
comercial con el convenio de irnos a recoger cuando el Junior regresa de su
trabajo, poniéndonos de acuerdo en reunirnos en la feria de comidas, cercanos
al puesto de Mc Donald. Este centro comercial queda en la jurisdicción de
Salvador, en el límite con Lauro de Freitas, donde viven Junior, Marisela y los
niños, así como también, la mayoría del círculo de parejas venezolanas con
quienes mantienen estrechas relaciones. Salvador y Lauro de Freitas son dos
entidades políticas autónomas, llamadas prefecturas, equivalentes a los municipios
nuestros en Venezuela. Salvador es la capital del estado Bahía y se encuentra
enclavada a la entrada norte del mayor golfo del mismo estado, conocido como
“golfo de todos los santos”, porque fue descubierto por Américo Vespucio el 1°
de noviembre de 1501, día de todos los santos. Si lo hubiera descubierto al
siguiente día se llamaría “golfo de los muertos”.
La actividad para hoy se basó en pasar el día en el
Shopping Salvador Norte
Prácticamente es una
península porque Salvador está rodeada por todas partes con aguas marinas,
menos por una parte (ver mapa), donde se le puede apreciar como un triángulo
isósceles invertido, con la punta hacia abajo, de unos 706,8 km² (la ciudad en
sí, sin tomar en cuenta sus alrededores metropolitanos). Las aguas que rodean
al oeste de la ciudad están conformada por la mencionada bahía, al tanto, que
las aguas que la rodean por el sur y por este son del océano Atlántico. A todo
el frente sur, la isla de Itapaparica completa con la ciudad del Salvador la
entrada a la gran bahía. Saliendo por el norte, por el lado este, de la ciudad
del Salvador, se llega a otros municipios satélites, como Lauro de Freitas,
donde viven Junior, Marisela y los niños. Desde el punto de vista urbanístico,
Salvador y Lauro de Freitas conforman un mismo núcleo urbano, unidos por
numerosas autopistas y calles. Salir de la casa del Junior a la zona más
distante de Salvador, constituye todo un viaje en carro que dura casi la hora,
transitando por autopista, cruzando muchos distribuidores y algunos trechos con
semáforos, sin tráfico. Con tráfico la situación es totalmente distinta y
penosa. La ventaja está en que Lauro de Freitas tiene un desarrollo muy
avanzado, con todos los servicios disponibles, en virtud de lo cual, los
residentes de Lauro de Freitas hacen su vida propia con entera autonomía sin
tener que salir a la capital. Es más, varias urbanizaciones (condominios,
villas o residence, como son conocidas en Bahía) se han diseñado con todos los
servicios incluidos dentro de las mismas, incluyendo bancos, centros
comerciales y demás establecimientos requeridos para la óptima calidad de vida
de sus habitantes.
La bahía de Todos
los Santos (en portugués Bahía de Todos os Santos) es la mayor de las entradas
marítimas costeras del estado de Bahía en Brasil. La bahía rodea parte de la
ciudad de Salvador. La otra parte está circundada por el mismo océano. Posee
una extensión total de 1.233 km², con una profundidad media de 9,8 metros, llegando
a un máximo de 42 metros. La isla de Itaparica (en portugués, Ilha de
Itaparica) se halla localizada en el borde sur de la bahía de Todos los Santos,
a unos 10 km de la ciudad de Salvador. Es conocida por acoger la competición de
tenis Sul América Open (Abierto de Sudamérica). En la isla, hay dos ciudades:
Itaparica y Vera Cruz. En la lengua tupí, Itaparica significa «cerca de la
piedra». A Itaparica se puede llegar en aproximadamente una hora en ferry desde
Salvador. Es la antigua sede del torneo de tenis, conocido como ATP de
Itaparica.
Itaparica cuenta con
40 km de playas aptas para los turistas y una exuberante vegetación tropical.
Cuenta con más de 36 km de largo, 146 km² de superficie, y está habitada por
cincuenta y cinco mil personas, distribuidos en treinta y cinco lugares,
organizados en dos municipios. El Pe (Pbro.) Antonio Alves me informó que toda
esta zona está en proceso de convertirse en diócesis sufragánea de la
Arquidiócesis de Salvador, la cual, conserva el título de “sede primada”, por
haber sido la primera sede episcopal del Brasil.
Itaparica
DIA MIÉRCOLES
03/08/2016:
Prosiguiendo con mi
plan inicial de reconocimiento de los alrededores de la casa de Junior, tomé la
vía más larga para ir a la playa cercana. Todo el sector donde se halla ubicado
el condominio Vila Verde se conoce como Vilas do Atlantico, uno de los sectores
más preponderantes de Lauro de Freitas, municipio autónomo desde el 31/07/1962,
cuando fue desmembrado del Salvador. Por cierto, durante nuestra estadía se
celebraron los 54 años del municipio, por lo que fue frecuente escuchar en las
mañanas y en las noches celebraciones auspiciadas por la prefectura con fuegos
artificiales. El municipio tiene la particularidad de ser uno de los más
pujantes en desarrollo económico en el Brasil. Para 2009 ocupó el segundo lugar
con mayor crecimiento del PIB, pero no ha logrado mantener tal posición de
manera continuada.
Reconocimiento de los alrededores de la casa de Junior
Las calles por donde
caminé tienen la característica de ser curvas y rectas, sin permitir formar
manzanas cuadriláteras, como en los cascos centrales de las mayorías de
ciudades, aparte, de que algunas calles son más largas que otras, y por si
fuera poco, se encuentran frecuentemente calles con casetas o garitas de
vigilancia impidiendo la entrada de peatones, al menos que sean autorizados por
algún residente. En esto tiene gran parecido a las urbanizaciones venezolanas.
La mayoría de las calles por donde andaba en este día están dotadas de árboles
frondosos y playeros en las amplias aceras, permitiendo un tránsito agradable
al caminar por ellas bajo agradable sombra. Muchas casas-quintas se hayan
convertidas en pequeños comercios u oficinas de ejercicio profesional
independiente, predominando las pizzerías, clínicas veterinarias y salas de
estética. Con todo, y el predominio de dichas casas veterinarias, no se
consiguen perros sueltos o callejeros, por lo que se puede deducir que dentro
de las casas debe existir una población numerosa de perros (cão) en calidad de
mascotas o guardianes, y frecuentemente, letreros que dicen: “aviso: cão bravo”
(advertencia: pero bravo). Mientras más se acerca uno a la playa, disminuyen
más tanto las casas convertidas en comercio, como los transeúntes diciendo “bom
dia” (buen o buenos días). Al final, para llegar caminando por esta vía a la
praia Buraquinho, se tarda dos veces más que llegar a la praia Gavea, y ambas
playas tienen una caminería muy bien diseñada, con alumbrado público, avisos de
cuidado y mantenimiento, piso de pequeñas terracotas blancas y negras que hacen
figuras atractivas. Esta playa tiene muchas “barracas” (kioscos de venta), una
plaza central con caney y pequeño parque infantil, además, le llegan unidades de
transporte público, colaborando a que sean muy concurridas, más que nada,
turistas locales de pocos recursos. Hay varias pescaderías donde pude constatar
algunas de las especies marinas que expiden:
Pescada amarela
c/cabeϛa 26 R$; cavala 18 R$; vermelho 24 R$; barracuda 18 R$; bicuda 12 R$;
arraia 13 R$; garoupa 25 R$; aracanguira 22 R$; filet de camarao (camarón) 30
R$.
La playa de Buraquinho tiene muchas “barracas”, una plaza central con caney y pequeño parque infantil
DIA JUEVES
04/08/2016:
La ruta de este día
para caminar en los contornos del condominio Vila Verde fue en la rua Luiz
Tarquinhio, en dirección hacia el norte, como si me dirigiera a Salvador. Al
llegar de regreso me bañé 10 minutos en la piscina del conjunto residencial,
pero no me provocó más, porque estaba completamente solo sin disfrutar compañía
alguna. Daniel me dijo que el agua de esa piscina contenía mucho cloro y eso
daba cáncer. En realidad, la piscina tiene muy poco uso por parte de los residentes
del condominio, y no me explico el porqué, en vista de que se ve muy limpia,
bien cuidada. Cuando me bañé posteriormente traté de durar más tiempo, pero por
aburrimiento y no tener con quién compartir, no me llamaba la atención el baño
y me salía. He hallado dos cosas en las que se han hecho costosas inversiones
para no usarlas. Una de ellas es el caso de la piscina. El otro caso se refiere
a los teléfonos públicos, muy numerosos en todas las calles y centros
comerciales, pero se deben usar con la modalidad de tarjetas telefónicas (aquí
en Brasil, cartão telefônico), pero en ninguna parte las venden, y quienes
podrían venderlas, contestan que todos los usuarios solamente usan celulares,
pero nunca usan un teléfono público.
Los teléfonos públicos son inversiones realizadas con gran
esfuerzo para no utilizarlos
Sencillamente, tanto
la piscina (inversión privada) como los teléfonos públicos son inversiones
realizadas con gran esfuerzo para no utilizarlos ¡no tiene sentido! De las
tantas veces que anduve caminando por Lauro de Freitas intenté comprar tarjeta
telefónica solamente para satisfacer la curiosidad de usar el servicio público
de telefonía, pero nunca lo logré. La única llamada en teléfono público que
logré realizar exitosamente fue en el aeropuerto Guarolhos de Sao Paulo, y
esta, me costó muchísimo porque fue casi a media noche cuando (casi todos los
locales comerciales habían cerrado) logré encontrar uno muy escondido para un
turista desorientado, y para colmo, por falta de práctica, no pude descifrar
las instrucciones, hasta que la mesonera que nos estaba atendiendo me hizo
amablemente la segunda a fin de realizar la llamada al Junior e informarle que
estábamos bien en espera para continuar el viaje a Bogotá. Comentando con
Junior en cierta ocasión el poco uso de la piscina me hizo el comentario que en
diciembre es cuando se usa masivamente
la piscina debido al intenso calor veraniego.
El resto del tiempo
lo dediqué a poner en orden las notas tomadas, consultar por internet los datos
históricos y geográficos de la zona y registrarlos en mis anotaciones guardadas
en hojas sueltas y en la pequeña libreta de Isa, para posteriormente redactar y
pulir la crónica del viaje.
DIA VIERNES
05/08/2016:
Durante la caminata
de este día lo resaltante de la misma fue la visita a una livraria (librería)
evangélica, donde dediqué mucho tiempo para observar libros y pequeños objetos
curiosos. El resto del día lo dediqué a mi trabajo habitual de resumir y hacer
croquis de nuestra estadía en Brasil. Es de destacar, que nunca me aburrí, al
contrario, siempre me faltó tiempo para organizarme, y nunca estuve al día, por
lo que muchos detalles se me pasaron y se perdieron en el olvido.
DIA SÁBADO
06/08/2016:
Fue el primer día
que amanecimos un fin de semana sin programación de salida de esparcimiento
tempranera, por lo que, todos se quedaron durmiendo un rato más que los días
laborales. Yo, por mi parte, igual que todos los días, me desperté a las 5:00
a.m. y me dediqué a preparar el cafecito mañanero. Se acostumbra en casa de
Junior y Marisela preparar el café en un colador de tela, igual al tradicional
café criollo llanero, ya sea andino, coriano u oriental. Cuando el agua
empezaba hervir noté que las burbujas que subían se detuvieron. Se había
acabado el gas, pero el agua estaba lista para colar el café. Cuando bajó
Junior le informé que le tenía 2 noticias, una mala y la otra buena. Le dije en
primer lugar la mala noticia de que el gas se había acabado, y él en vez de
recibir la noticia de mala cara, se sonrió como para expresar que no le
importaba. La buena noticia de que el café se había podido colar a punto, en la
raya, lo que produjo en él, fue tomar el celular y llamar a la compañía
distribuidora de gas. Se estaba guardando su teléfono, cuando sonó el
intercomunicador desde la caseta de vigilancia, anunciando que la unidad móvil
de la compañía de gas traía la bombona de gas. Le seguí la pista detalladamente
al operativo de la instalación. Se trata de bombonas pequeñas, más anchas que
las que tenemos en Venezuela, vienen transportadas en motocicleta con remolque
apto para una 6 a 8 cilindros, más 1 o 2 botellones de agua potable. Cada
bombona tiene un precinto de seguridad que el operario corta al momento de
instalarla.
La unidad móvil de la compañía privada de gas traía la
bombona de gas
Primero desenchufa
la bombona usada, luego le quita el protector de plástico que la protege
totalmente. Posteriormente la extrae de su base y coloca la nueva bombona. Le
coloca el protector, la conecta a la tubería con las herramientas que trae en
el cinturón, y finalmente, abre la válvula de paso hacia la tubería
alimentadora. Mientras tanto Junior ha buscado su tarjeta de débito, y ahora,
le cancela el nuevo cilindro de gas, usando el punto de venta inalámbrico que
también lleva consigo el operador en su cinturón del uniforme con el que
trabaja. Me he detenido explicando este pequeño, rutinario y normal operativo
de reposición de cilindros de gas doméstico, para resaltar su contraste en algo
con el que se está utilizando actualmente en la Venezuela petrolera, potencia
petrolera a nivel mundial.
A media mañana
salimos Junior, Dany y mi persona a un vivero en la estrada (carretera, vía)
Antonio Carlos Magalhaes, paralela a la estrada do Coco, quedando separadas
ambas por edificaciones de oficinas gubernamentales estrechas de largo, dando
la impresión de conformar una isla entre ambas estradas. Junior está enfiebrado
por los pequeños cultivos domésticos de aliños caseros, como perejil, cilantro,
etc., y como los que ha venido sembrando van muy bien, estaba buscando más
variedades. De ahí seguimos por la Estrada de Coco hasta llegar al gran centro
comercial Outlet Premium, concepto novedoso de comercialización, donde
destacadas franquicias venden mercancía pasada de moda o con pequeños defectos
de fábrica a precios castigados sin detrimento de la calidad de los mismos.
Recorrimos todo el centro comercial dividido por manzanas o parcelas separadas
por calles. Impresionante la majestuosidad de la feria de comida. Nos llevó el
resto de la mañana este recorrido. Llegamos a la casa en Villa Verde a tomar un
ligero descanso.
Seguimos por la Estrada de Coco hasta llegar al gran
centro comercial Outlet Premium
Ya en la tardecita
salimos todos a una parrillada en la casa de Igor y Nilda. Me sorprendió
durante el trayecto de llegar a la casa de ellos, que el sector ya lo conocía
en una de mis caminatas diarias, llegando a la firme conclusión de que estaba
conociendo muy bien el lugar. Esa tarde estaban presentes todas las parejas y
familia que forman el clan de venezolanos en Bahía. Suelen reunirse los fines
de semana, de manera alternada, en cada casa de uno de ellos, colaborando todos
con el consumo de comidas, frescos y bebidas alcohólicas.
Ya en la tardecita salimos todos a una parrillada en la
casa de Igor y Nilda
Son muy unidos,
constantemente se están comunicando por washap, en casos de necesidad se
auxilian mutuamente, como por ejemplo, cuando nacieron los morochos de los güaros, todos los apoyaron tanto económicamente, como en
compañía, y en cada reunión, ayudan entre todos a cargarlos o entretenerlos.
Marlon y Carolina de Cabimas son los pioneros del grupo. Luego se unieron Igor
y Nilda, para irse sumando, sucesivamente, Johan y Victoria, José Manuel (Cheo)
y María Luisa, y de último, Junior y Marisela, hasta que, durante nuestra
permanencia, se unieron Irán e Isis, Oswaldo y María Lourdes y su hermano
César. Por cierto, el padre ya difunto de María Lourdes y César fue profesor en
la UC, donde Junior y Marisela fueron sus alumnos. En esta reunión estaban
presentes los padres de José Manuel (Leonardo y Alina), quienes estaban de
visita y se regresaban el próximo domingo a Barquisimeto. Pino tocó y cantó con
el cuatro que el hermano de Igor había traído, convirtiéndose en la novedad y
atracción de la velada.
DÍA DOMINGO
07/08/2016:
Amanecimos algo
trasnochados por la rumba sabatina en la casa de Igor y Nilda, por lo que
todos, menos yo, salieron somnolientos más tardecito que lo acostumbrado en
días de faena. Aproveché las primeras horas de la mañana, tranquilas,
silenciosas, para mi habitual trabajo en la computadora, tratándome de recordar
eventos y pequeñas cosas que no habían sido registradas en la libretica de Isa.
Pasamos la mañana en casa, descansando, los niños haciendo tareas, Marisela y
Pino lavando ropa usada durante la semana, Junior se dedicó a ver películas y
mi persona aprovechó a continuar su trabajo, siempre atrasado con respecto a
los acontecimientos diarios.
Después de almorzar
en casa, por primera vez en un día domingo desde que habíamos llegado desde
Valencia, y de tomar una ligera siestita, nos dispusimos todos, en los dos
carros, a ir al cine en el Shopping Salvador Norte, donde se seleccionó la
película de reciente estreno, titulada en español “Mi amigo el gigante”,
dirigida por Steven Spielberg, basada en la novela "El gran gigante
bonachón" (The BFG) de Roald Dahl con Mark Rylance y Ruby Barnhill como
protagonistas. Junior aprovechó la ocasión y nos cambió algunos pocos de los
dólares que traíamos para el viaje.
Después de almorzar en casa nos dirigimos todos al cine
DIA LUNES
08/08/2016:
Aproximadamente salí
de Villas Verde (Rua Priscila Dutra) a las 9:30 a.m. bajo un sol suave y
sintiendo la brisa fresca con la intención de llegar a la av. Estrada do Coco,
pasando previamente por la av. Luis Tarquinio, que se convierte en la estrada
Magalhaes, hasta el punto donde ambas se tocan paralelamente, separadas por una
isla, siguiendo entonces, por la Estrada do Coco en dirección al norte. En este
lado de la avenida se encuentran sucesivamente, en la misma dirección llevada
por mí, oficinas públicas de la Prefectura de Lauro de Freitas: el SAMU
(Servicio de Atendimento Movel de Urgencia), el Corpo de Bomberos, Tránsito
Base Operacional, y finalmente, el SAT (Servicio de Atendimento ao Turista).
Esta última oficina no esperaba encontrarla porque cuando fuimos al aeropuerto
Magalhaos del Salvador, Bahía, para despedir a Marilurdes y Mike en su regreso
a Denver, la estuve buscando infructuosamente, sin nunca encontrarla, además
que los operarios informaron que no la había, por lo que llegué a pensar que no
existía en Salvador. Al acercarme a la puerta de vidrio del SAT noté que estaba
cerrada y sin personal a la vista, por lo que, lamentándolo mucho, me disponía
a proseguir caminando, cuando el operario de guardia salió de la nada,
sonriente, e invitándome a entrar. Una dama que me pareció ser jefe de la
oficina también se me acercó y me brindaron excelente atención. Luego de
conocer mi procedencia venezolana y el motivo de la visita, gentilmente me
obsequiaron varios catálogos y trípticos, que es lo que yo estaba buscando,
aparte, de que cada uno se tomó fotos conmigo frente a un cuadro de praia
brasileña. Muy contento, porque ya había salvado la mañana, sumamente
agradecido, me despedí de ellos en portugués: “muito obrigado”. Al llegar a la
siguiente esquina, desde la estación de servicio “Menor Preço”, pasé a la isla
de la autopista con mucho cuidado porque no tiene pasarela ni semáforo
peatonal, y desde la isla, a la acera del frente. Creo que me tardé unos diez
minutos, en espera de que no estuvieran pasando vehículos. De lado de la
Estrada do Coco a donde había acabado de aterrizar se encuentra el Frigorífico
do Mané, donde pude ver la diversidad de carnes y productos para parrilladas,
con precios más altos que en otros sitios, pero con ambiente distinguido.
No pude controlar la
necesidad de satisfacer la curiosidad de conocer en vivo una “favela” tipo del
Brasil, por lo que me caminé por la misma calle Santo Antonio del frigorífico,
algunas pocas cuadras, hasta llegar a una pequeña plaza en forma triangular, de
donde me regresé por otra calle paralela en sentido hacia la Estrada de Coco,
pero, ante el laberinto de calles sin orden, me vi obligado a preguntar a un
viejito cómo llegar a dicha avenida, indicándome veredas estrechas entre casas
que me causaron cierto temor, pero rápidamente llegué a la avenida que buscaba
con ansiedad.
No pude controlar la necesidad de satisfacer la
curiosidad de conocer en vivo una “favela”
Es preciso aclarar
que en ningún momento pasé por situación de peligro como en Venezuela. Al
contrario, la gente que vi durante el trayecto, es amigable y tratable. En la favela
casi todas las casas tienen negocio pequeño, informal, donde abundan prendas de
vestir, comida liviana, verduras, fiambres y artículos de ferretería. Muchos
locales evangélicos, entre las cuales, se destacó un local de donde se oía a
gran distancia las arengas, a través de megáfono, de una señora que oraba y
daba testimonios. Solo divisé una capilla católica de la advocación de Nuestra
Señora del Parto, cerrada y solitaria. Entonces pensé que si su S.S. Francisco
pasara por esa calle la gente y los periodistas no permitirían mi paseo por
esta favela sin nombre. Para dejar algo a esta gente pobre y humilde que
trabaja honestamente, dejé algunas monedas al comprar dos marcadores punta
fina, un corrector líquido, un mini atornillador y 6 caramelitos, en distintos
puntos de casas con comercio familiar.
Ya casi al mediodía,
emprendí el regreso a casa. Al llegar a la Rua Priscila Dutra hice una compra
que había programado desde Venezuela: seis franelas blancas tipo “ovejita” que
las había avizorado en las tiendas y centros comerciales de Lauro de Freitas y
Salvador, incluyendo el Outlet Premium que habíamos visitado el sábado
anterior, pero en ninguna parte, había encontrado la óptima calidad y el menor
precio que buscaba, hasta descubrir este pequeño establecimiento de
fabricación, estampado y bordado de franelas, en la misma calle del condominio
de la casa de Junior y Marisela.
Me atendió un joven
negro, y cuando fue al depósito para buscar la mercancía requerida, salió el
dueño saludándome y diciendo “bem vindo”, a los que le respondí, “obrigado”
(gracias), y agregando de inmediato, “eu não falo portugués” (yo no hablo portugués). Entonces el
señor me preguntó: “que idioma você fala?” (¿qué
idioma habla usted?), a lo que le respondí: “eu falo espanhol” (yo hablo el
español). Prosiguió el dueño la conversación con otra pregunta: “você está
galego? (usted es gallego?), de inmediato, le respondí en español, de cualquier
parte menos de Galicia, porque soy inteligente. Como me dí cuenta que no me
entendía, agregué simplemente: “não”. El dueño insistía en conocer más de mi
existencia, e hizo otra pregunta más: “De onde você é?” (de dónde es usted?).
“Eu seu da Venezuela” (yo soy de Venezuela), respondí. El tipo me empezó a caer
fastidioso por tantas preguntas, en tan poco tiempo de cocernos, pero rebuscó
una nueva pregunta: “você é chavista?”? (usted es chavista?). Con manifiestos
gestos de rechazo, le respondí: “não”, y agregué en español, muy seguro de que
no me entendería, pero convencido de que se lo tenía que decir, agregué: “lo
menos a que yo podría caer en lo que me queda de vida es ser chavista, y espero
que usted rechace el sistema chavista”. Me dijo en portugués (pero yo le
entendí) que él había estampado franelas rojas con la figura del che Guevara
para venderlas al gobierno de Chávez. Me quedé en silencio, y aprovechando que
el negrito apareció en ese momento con mi mercancía envuelta, le tendí la mano
y me despedí, lamentando que la conversación no hubiera sido con su amable
empleado quien sí me cayó simpático.
Descubrí este pequeño establecimiento de fabricación,
estampado y bordado de franelas en la misma Rua Priscila Dutra
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